Bob Ellis

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Bob Ellis encausó su vía en un Lockheed Vega y luego construyó una vida legendaria en el aire y en la tierra. Bob Ellis (fotografiado alrededor de 1980) dijo en una entrevista en 1991: "Muy poca gente ha tenido una vida tan interesante como la mía."

"Bob fue un verdadero pionero, fundamental para el desarrollo de la aviación en el estado de Alaska y para el éxito de Alaska Airlines", dijo el ex jefe ejecutivo de Alaska, Bruce Kennedy. "Era una persona muy afectuosa que siempre tenía una sonrisa y una buena anécdota para contar".

Ellis nació y se crió en St. Albans, Vermont, ingresó a la Academia Naval a la edad de 16 años, pero la abandonó dos años más tarde cuando se enteró que sólo muy pocos de su clase recibirían comisiones debido a los recortes económicos militares siguientes de la Primera Guerra Mundial.

Un amigo de Annapolis que se crió in Seattle invitó a Ellis y a su hermano Vic a la región maderera del noroeste del Pacífico. Trabajó exportando madera por un tiempo pero ingresó a la Reserva Naval en 1926 y se convirtió en piloto. En 1929, apenas a unos meses de recibir su licencia de transporte comercial, trabajó como navegante en el hidroavión de madera contrachapada, un Lockheed Vega, y fue el primero en realizar un vuelo sin escala desde Seattle a Juneau. Ellis se había alistado para trazar el curso del piloto en este histórico vuelo, pero complicó el plan intencionalmente con el objetivo de que el piloto llevara consigo a Ellis. Aproximadamente ocho horas más tarde, con una bienvenida digna de un héroe, el nativo de New England y ex cadete en Annapolis, se convirtió en un Alaskense para toda la vida.

Durante los siguientes seis años voló por todo Alaska para varias aerolíneas y en todo tipo de aviones y realizó aterrizajes en toda clases de terrenos, desde campos de hielo hasta barras de río. Siempre tenía un maravilloso sentido del humor, aún con llamados urgentes, rescates audaces y condiciones climáticas desafiantes.

Solía decir que la ignorancia era el peor enemigo de los primeros pilotos de Alaska. No existían manuales de vuelo o aviación de ningún tipo y la tecnología de los instrumentos y radio estaban muy lejos en el futuro. "Una vez que conseguíamos nuestra licencia de 200 horas, contábamos sólo con nosotros mismos y lo único conocido era aquello que descubríamos por nuestra cuenta o lo obteníamos de alguna charla con otros pilotos. Usualmente no había otros pilotos cerca para hablar sobre cosas como el extremo del ala, que es importante conocer", expresó en el libro Heroes of the Horizon. "Cuando lo descubrí ni siquiera sabía su nombre".

En otro libro, Alaska Bush Pilots—The Float Country, dijo: "Volábamos sin parar durante días, en zonas que ni siquiera figuraban en el mapa.  Entonces cada vuelo de regreso era una aventura grandiosa".

En 1936, con un hidroavión Cabin Wace de un solo motor y cuatro asientos, fundó la Ellis Air Transport (posteriormente llamada Ellis Airlines) con base en Ketchikan. El negocio creció sostenidamente con la dedicación que ponía Bob en el servicio al cliente. Prestaba servicios en las pequeñas villas del sur de Alaska, por ejemplo, llevando pedidos de comestibles antes de volar de vuelta a Ketchikan. La gente también le confiaba sus recibos de sueldo porque sabía que podía contar con que él regresaría con los sobres de efectivo perfectamente identificados. Para Navidad se disfrazaba para convertirse en "Santa Claus Volador", aterrizaba en los pueblos y distribuía golosinas a los niños.

Su confiabilidad, buena disposición para ayudar, su modo agudo y amable hizo que llegara muy lejos no sólo en los negocios sino también en la política. Se desempeñó en el Senado Territorial y fue alcalde de Ketchikan.

Cuando la Marina llamó a Ellis para prestar servicio como comandante de escuadrón y de base aérea durante la Segunda Guerra Mundial, su esposa, Peg, y dos empleados de su confianza mantuvieron el negocio en marcha. Estaba comandando el escuadrón con base en Kodiak en 1944 cuando el Presidente Roosevelt realizó una visita sorpresiva en el trayecto de Hawaii a Washington. D.C. y se cuenta que las exageradas anécdotas de Ellis sobre los osos de Alaska y las fresas del Valle de Matanuska hicieron reír mucho al Presidente.

Después de la guerra, con una flota creciente de aeronaves Grumman Goose remanentes de la guerra, Ellis Airlines prosperó de tal manera que obligó a Bob a colgar las gafas y concentrar su atención en la administración.

El Goose de Ellis

En 1962, Ellis unió sus fuerzas con Alaska Coastal Airlines, una compañía de transporte aéreo con base en Juneau operada por los pioneros asociados Shell Simmons y Ben Benecke. La fusión de la empresa de ellos en combinación con Alaska Airlines seis años más tarde llevó a Bob a la junta de directores de the Alaska Airlines, en donde se desempeñó durante 13 años antes de retirarse en 1981 como director emérito.

Junto con Peg tuvo dos hijos, Mike y Peter, y una hija, Sabra Jenkins. El capítulo final de la gestión extraordinaria del legendario piloto rural, fundador de una de las aerolíneas que forman Alaska Airlines en la actualidad, se cierra el 8 de mayo de 1994 con su muerte en su hogar de Ketchikan. Tenía 91 años.