Mac McGee
En Alaska Airlines, nuestras raíces se remontan a la Gran Depresión y a la inventiva de Mac McGee. Para Linious "Mac" McGee, el año 1932 marcó el comienzo de una nueva forma de vida y trabajo estable.
En busca de oportunidades durante la Gran Depresión, se embarcó en un buque hacia Alaska con la esperanza de una mejor época. Oriundo de Indiana se trasladó luego a Montana y trabajó posteriormente como minero, camionero, lavador de copas y comerciante de pieles. Aunque fue recién en el año 1932 que encontró su llamado cuando lanzó una aerolínea que luego de varios años de ser la pionera en aviación, se convertiría en la aerolínea más grande de los Estados Unidos.
En el camino se asoció con otros aventureros del mundo de la aviación, como Harvey Barnhill, Charlie Ruttan, Steve Mills y Oscar Winchell para contribuir con la revolución del transporte en el Territorio de Alaska. Al enfrentar tremendos riesgos, como accidentes frecuentes, aterrizajes forzosos, pésimas condiciones climáticas, aviones poco confiables, navegación primitiva y el vasto e implacable terreno de Alaska, Mac y sus colegas se convirtieron en partes fundamentales de la historia del estado.
Los comienzos
McGee y Barnhill, viajante de renombre, se asociaron en 1931 para comprar un Stinson de tres asientos por $5,000 de una empresa de San Francisco que fue la sociedad matriz de United Airlines. Inicialmente se usó el avión para respaldar el negocio de venta de pieles de McGee.
Sin embargo en enero de 1932, McGee y Barnhill empezaron a promocionar su compañía en el Anchorage Daily Times como comerciante de pieles y también como aerolínea ofreciendo su servicio entre Anchorage y Bristol Bay. Esta sociedad se disolvió a fines de la primavera de 1932, al poco tiempo de haber comprado un segundo Stinson con un préstamo de banco. Barnhill se quedó con el avión más nuevo al cual se lo vendió a McGee a principios del invierno.
McGee luego contrató a Winchell, piloto experto en regiones inhóspitas. La oferta que le realizó fue inigualable -- le pagaría un porcentaje de 12 1/2 del total del negocio si era capaz de producir con el avión de McGee, convirtiéndolo en vendedor autorizado. Con este proyecto McGee logró que a cualquier lugar que volaran sus aviones nunca fueran vacíos.
McGee era un conocido adicto al trabajo que corría o trotaba en todas partes. Trabajaba los siete días de la semana y exigía de sus empleados igual dedicación dentro de los límites razonables. Se decía que era tan honesto como los largos días de verano en Alaska.
McGee fue pionero en el concepto de tener una flota de aeronaves idénticas de tal manera que se pudieran intercambiar las partes. A pesar de su dedicación e innovación estuvo al borde de un desastre económico durante varios años. A veces no podía lograr su sueldo y con frecuencia sus pilotos tenían más dinero que él.
Mientras McGee luchaba para sobrevivir, la competencia aumentaba. En abril de 1932 nacía Star Air Service después que el ingeniero en minería oriundo de Alaska, Wesley "Earl" Dunkle, le prestara dinero a los pilotos Steve Mills, Charlie Ruttan y Jack Waterworth para que ofrecieran clases de vuelo y servicios de vuelos privados con su biplano Fleet.
Aunando esfuerzos
McGee, anhelando trabajar en algunos reclamos de explotación minera que había abandonado, acordó vender McGee Airways y sus siete Stinson de color plateado y negro a Star Air Service por $50,000, dando origen a la aerolínea más grande de Alaska con 22 aeronaves. Sin embargo, la venta se hizo con una condición: si a McGee no se le pagaba puntualmente, retomaría el manejo de la aerolínea hasta recibir el total de su dinero.
Como se esperaba, McGee volvió pronto a manejar el negocio. Él mismo se cobró el tres por ciento del total de la aerolínea. Y por el año 1936, el ingreso bruto de Star era de $190,000 anuales. Los pasajeros pagaban 20 por milla y el 35 por ciento de toda la carga transportada en el territorio se realizaba en avión.
La aviación se abrió a la Gran Tierra y obviamente tuvo su costo. Una cantidad considerable de pilotos perdieron la vida, inclusive Steve Mills quien murió en un accidente en 1936. Otros desaparecieron en medio de tormentas. Los motores se congelaban durante el vuelo y los anillos y varillas de empuje se rompían. Las válvulas se desgastaban. Las colas y alas se caían, el tren de aterrizaje se partía en dos. Las piezas de madera se pudrían. Las telas de la estructura se desgarraban. Las fuertes tormentas frecuentemente derribaban los aviones. Un ambiente inclemente tanto para los hombres como para sus máquinas.
Después de la muerte de Mills, McGee compró las acciones de Star Air Service de Waterworth y se hizo cargo del negocio hasta que sus intereses por la minería prevalecieron nuevamente. Cuando su sucesor, Kenny Neese, abandonó la aerolínea, McGee retorna nuevamente a la empresa como administrador. Expandió la compañía a través de la compra de la pujante Alaska Interior Airlines, una empresa de transporte fundada por el primer piloto de McGee Airways, Oscar Winchell.
Ruttan abandonó Star a fines de los 1930 cuando compró la licencia de distribución de petróleo. Luego, a finales de 1937, cada vez más frustrado por la creciente presencia de reguladores federales en los cielos de Alaska, McGee vendió la aerolínea a una corporación de inversores liderada por uno de sus antiguos pilotos, Don Goodman, y los Strandberg, una familia exitosa de mineros de Kuskokwim. Estos cambiaron el nombre de Star Air Service por el de Star Air Lines. Cuando Goodman y los Strandberg vendieron la aerolínea en 1942, el nombre pasó a ser Alaska Star Airlines. Y en 1944, se volvió a cambiar el nombre por última vez: a Alaska Airlines.
Mac, mientras tanto, jamás volvió a dedicarse al negocio de la aerolínea, en cambio abrió una próspera licorería y con el tiempo regresó a la explotación de minerales en el área de Manley Hot Springs. Se retiró a la edad de 73 y luego se mudó a Vancouver, Washington, antes de establecerse en Reno, Nevada, donde murió a la edad de 91 en junio de 1988.